El
hallazgo tuvo lugar en septiembre de 1990, durante un estudio sobre
los vertebrados del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se
observó, en el área periférica de este espacio protegido una rana
cuya conducta y morfología eran distintas a las de la rana bermeja (Rana
temporaria), común en los Pirineos.
Las prospecciones hechas posteriormente para determinar el alcance
del descubrimiento condujeron a la descripción en 1993 de una nueva
especie para la ciencia, presentada a la comunidad científica con el
nombre de Rana pyrenaica. |