Las puestas no flotan y las hembras las depositan bajo piedras, en
grietas de rocas y, en raras ocasiones, directamente sobre el fondo
de las badinas. Las primeras pueden observarse en febrero en las
localidades con mayor insolación y en abril en las más frías.
Contienen relativamente pocos huevos, unos 140. Éstos son de gran
tamaño (superan los tres milímetros de diámetro), pesados y de color
pardo oscuro. Están envueltos en una gelatina densa y agrupados en
pequeños racimos.
El
desarrollo embrionario es lento y su duración depende de la
variabilidad interanual de las condiciones climatológicas.
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